martes, 21 de agosto de 2012

epigrama


El epigrama, del griego antiguo ἐπί-γραφὼ (literalmente, "sobre-escribir", o "escribir encima"), es una composición poética breve que expresa un solo pensamiento principal festivo o satírico de forma ingeniosa. Se pueden rastrear las raíces del género hasta muy atrás, en la lírica arcaica (no por nada Meleagro incluye en su Corona a Arquíloco o a Simónides), aunque es más propio hablar del epigrama como un género netamente helenístico, pues caracteriza, tanto por su contenido, como por su extensión y forma a tal época. Los epigramas helenísticos constituyen un verdadero crisol de aquellas sociedades, vemos desfilar a heteras, navegantes, carpinteros, tejedoras con su vida simple y ardua, también al amor heterosexual y lésbico, las fiestas, la religiosidad, el cortejo, la sexualidad, la inocencia, las artes plásticas, la crítica literaria, hasta las mascotas; todo esto, pasado por el filtro de erudición y cultura (pues portadores de tales eran los poetas). En resumen, producen testimonios diversos, bellos y muy vívidos de las principales preocupaciones del hombre helenístico.
El epigrama se creó en la Grecia clásica y, como su nombre indica en griego, era una inscripción que se ponía sobre un objeto, que podía ser un exvoto, un regalo, una estatua o una tumba; los epigramas sobre las tumbas formaron clase aparte y se denominaron epitafios o epicedios, por lo que el vocablo pasó a designar el poema ingenioso que poseía la calidad de ser breve para poder pasar por rótulo o inscripción. La mayoría de los epigramas griegos puede encontrarse en la llamada Antología Palatina. Tras los griegos, destacaron en la composición de epigramas los romanos, singularmente Catulo y Marco Valerio Marcial.

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